Rizoma Logo

vol 3 • 2009

Image

Rizoma freireano 3. Educación, ciudadanía y democracia

Rizoma freireano 3. Educación, ciudadanía y democracia

“A veces pienso que se habla de ciudadanía como si fuera un concepto muy abstracto (…) como si, cuando la palabra ciudadanía fuera pronunciada, automáticamente todos la adquirieran. O como si fuese un regalo que políticos y educadores dieran al pueblo. No es eso. Es necesario dejar claro que la ciudadanía es una producción, una creación política.”

Paulo Freire

pdf

Editorial

En su Historia de la Decadencia y Caída del Imperio Romano, Edward Gibbon [1] explica como el Imperio – antes de su caída – se sustentaba sobre tres ejes fundamentales: i) el mantenimiento de la paz por la vía de la preparación de guerra; ii) la unificación cultural por medio del establecimiento de una lengua común; iii) la extensión de la ciudadanía a todos los pueblos que iban siendo conquistados y sometidos. Con cierta ironía – y, posiblemente, cierta maldad de pensamiento – Gibbon sigue explicando, sobre esta última, que hubo un momento en que, para contentar a los conquistados, habían producido demasiados ciudadanos romanos. Entonces decidieron: a) dividir los ciudadanos en varias clases diferentes para que no pudieran ser iguales ni tener los mismos derechos y privilegios; b) empezar a ser más restrictivos en relación a la concesión de la ciudadanía.

Si no viéramos citado a Gibbon, posiblemente se podría pensar que estamos hablando de los tiempos actuales, ya que los tres elementos que cita Gibbon, y las dos subdivisiones sobre la ciudadanía se presentan hoy como elementos de actualidad. De hecho, y en el campo de la educación, asistimos en este momento a un esfuerzo de diversificación de los procesos de formación que, aun en su innovación, todavía están lejos de alcanzar las finalidades de una educación ciudadana.

Autores como Hardt y Negri [2] han recuperado de alguna forma esa noción de Imperio para explicar las circunstancias actuales de la ciudadanía. Han señalado, por ejemplo, que uno de los elementos esenciales de este nuevo/ viejo mando imperial tiene que ver hoy con la explotación que asfixia toda la vida social y personal, la vida laboral y afectiva toda de las mujeres y hombres. Una explotación que no es sólo física – como en el caso del esclavismo – que no es sólo económica – como en las sociedades fordistas tradicionales – sino que es, sobre todo, alienadora de la capacidad de creación que tienen las mujeres y los hombres.

El Imperio diverso – igual que el Imperio Romano - tiene como otra de sus esencias de mando la homogeneización, la creación de una única identidad cultural homogénea que se presenta como diversa y uniforme. De esta manera, los y las intelectuales al servicio del Imperio – los que Gramsci llamaba intelectuales orgánicos - al igual que los orientalistas descritos por Said –al servicio de los regímenes imperialistas desde el siglo XVIII y a los de ahora- construyen la visión de unos grupos y de unas personas como superiores y de otros grupos, de otras mujeres y otros hombres como inferiores. Pero todo ello se presenta como una forma en el orden natural de las cosas: “Todos los acontecimientos que se atribuyen a la revuelta árabe histórica se reducen a las experiencias de Lawrence en lo que a ella se refiere” [3] dice Said hablando de la obra escrita de Lawrence de Arabia.

Este mecanismo imperial es hoy utilizado en todos los ámbitos de la vida y de la educación. Por ejemplo, se prescribe – gracias al aprendizaje a lo largo de la vida – lo que debe ser enseñado y aprendido, y se utilizan los procesos de educación y de aprendizaje para controlar y desvirtuar el deseo y la creatividad de las multitudes que quieren estudiar, aprender y construir una educación que responda a sus deseos de libertad y potencie la creatividad social y la cooperación.

Por ello, hay que recuperar algunos autores que como Raymond Williams, al igual que antes Antonio Gramsci, o que después Freire, planteaban que un aspecto fundamental para la educación era el de las representaciones culturales: el dibujo, por así decir, que nos hacen de la realidad. Esta realidad marcada y construida para pensar de una determinada manera, se encuentra en las construcciones simbólicas imperiales que delimitan la realidad completa que se constituye en las relaciones entre las mujeres y los hombres. Williams lo señalaba con claridad: “Creo que el sistema de significados y valores que la sociedad capitalista ha generado tiene que ser derrotado en general y en los detalles por una forma de trabajo educacional e intelectual sostenido. Este es el proceso cultural que he llamado “Larga Revolución” y cuando lo llamo “Larga Revolución” quiero significar que es una genuina lucha que forma parte de la necesaria batalla por la democracia y la victoria económica de la clase obrera organizada” [4].

Se trata, pues, de instituir y organizar procesos educativos culturales y sociales que ayuden a construir una ciudadanía real y efectiva – por tanto más allá de los derechos políticos, e incluyendo los sociales, ambientales, productivos, económicos, etc. que permita la derrota del modelo de significados actual y la expansión del deseo y la vida de las multitudes en un marco diferente, mediante unas acciones educativas, éticas y políticas resistentes y creativas que, como señala Lazzarato, creen y realicen “las condiciones de la cooperación entre cerebros, el acto de resistencia actúa contra el poder, pero debe de ser al mismo tiempo un acto de creación, de invención, que actúa en el plano de la proliferación de los posibles” [5] configurando unos territorios, en unas comunidades y unos dispositivos en los cuales se pone en juego y en lugar otra democracia, sustantiva y absoluta, y otra ciudadanía, activa y radical archipielagadas por una educación, emancipadora y dialógica. En fin, una educación que permita sustentar una ciudadanía activa, critica y emancipadora, así como que favorezca la edificación de democracias más atentas a los derechos y deberes, y a las oportunidades de aprendizaje y de formación, y a la vida.

¿Iniciaremos acciones (se tu mismo el cambio que quieras crear en el mundo) que impliquen “La construcción de poderes democráticos (como) alternativa real desde el punto de vista de la persona y de la comunidad”, que supongan real y actualmente “Poder democrático en la ciudad, en la escuela, en la fábrica (que) significan construir relaciones sociales nuevas y equilibrios de poder distintos”? [6] Aquí y ahora, ahora y aquí: educación, ciudadanía y democracia.


Bibliografía

[1] Gibbon, Edward. Historia de la decadencia y la caída del Imperio Romano.

[2] Hardt, Michael y Negri, Antonio. Imperio. Barcelona, Paidós, 2005.

[3] Said, Edward W. Orientalismo. Madrid: Libertarias, 1990, p. 290.

[4] Williams, Raymond. (Editado por J. McIlroy & S. Wetswood) Border Country. Raymond Williams in Adult Education. Leicester: NIACE, 1993, p. 308. (hay una traducción en castellano: En la frontera. Xàtiva: Diálogos –L’Ullal edicions, 2004 y en catalán: En la frontera. Xàtiva: Edicions del CREC, 2004). La cita se extrae de la edición original en inglés.

[5] Lazzarato, Mauricio. Por una política menor. Madrid: Traficantes de sueños, 2006, p. 203.

[6] Barcellona, Pietro. Postmodernidad y comunidad. Trotta. Madrid, 1992, página 109.


redLogo

N. 3 • 2009

Contactar • Contact us

Apartat 76

Tel. 34 962 28 74 16 Fax 34 962 28 74 19

46800 XÀTIVA Espanya

www.institutpaulofreire.org

info@institutpaulofreire.org

IPF
© 2023 Rizoma freireano • Contenido de este sitio bajo licencia Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Compartir igual 2.5 España. Diseño y Mantenimiento Grupo WebMedia. XHTML y CSS

N. 3 • 2009